Chica conoce chica by Rachael Lippincott & Alyson Derrick

autor:Rachael Lippincott & Alyson Derrick [Rachael Lippincott & Alyson Derrick]
La lengua: spa
Format: epub
editor: 2022
publicado: 2022-10-21T00:44:19+00:00

CAPÍTULO 18

Molly

Anoche, Alex y yo nos quedamos tan enfrascadas viendo el primer episodio de Wynonna Earp (que le encantó) que hasta que la acompañé a su bici no me di cuenta de que me había olvidado de mandarle un primer mensaje a Cora. Para entonces ya era más de medianoche y Alex decidió que era mejor esperar.

La mañana siguiente, estoy apoyada en la encimera de la cocina de Noah mientras él mezcla los ingredientes para las palachinkas. Se me hace la boca agua solo con imaginarme el montón de finas tortitas croatas que la abuela nos solía preparar cada domingo.

—¿Y cómo es que has querido hacer estoy hoy? —le pregunto.

Deja lo que tiene entre manos el tiempo suficiente para suspirar.

—Mamá me pidió que te echara un vistazo.

—Por supuesto —digo resoplando.

Por un lado lo comprendo, teniendo en cuenta mi historial, pero por el otro me siento como si no tuviera ninguna fe en mí. Y eso que anoche, cuando me escribió, ¡le contesté que estaba ocupada! No necesito que me inviten por pena. Al menos, ya no.

—Pero tenía ganas de verte de todos modos —añade. Se encoge de hombros y vuelve a su tarea.

Fuera por voluntad propia o no, cuando me ha escrito esta mañana para invitarme a su casa ha sido imposible negarme. Alex y yo ya teníamos planes para trabajar en lo que ella llama el primer paso B, que, a decir verdad, parece un poco inventado, pero le he mandado la dirección de Noah y le he pedido que nos encontremos aquí en lugar de en mi residencia. Me ha preguntado cinco veces adónde la he mandado exactamente, pero no le he contestado ni una sola. No ha estado nada mal verla nerviosa por no saber qué va a pasar, por una vez.

Al principio no me preocupaba, pero cuanto más tiempo paso aquí y más lo pienso, más miedo me entra. La verdad es que nunca había tenido ninguna amiga que presentarle a mi hermano. Espero que se caigan bien.

—Impresionante —comento, obligándome a dejar de darle vueltas, al ver que Noah casca un huevo con una sola mano en el cuenco de metal que tengo al lado.

—A las chicas les encanta —responde, y casca dos más a la vez sin dejar de mirarme a mí. Me echo a reír y pongo los ojos en blanco. Empieza a mezclarlo todo con un tenedor. Supongo que debería haberle traído el batidor de varillas de mamá—. Bueno, y ¿quién es esa chica a la que has invitado?

—Una amiga a la que conocí en esa fiesta.

—¿Ves? ¿Qué te había dicho? Un medio para llegar a un fin.

En ese momento, un fuerte ruido en la calle llama nuestra atención.

Bajo de la encimera y sigo a Noah hacia la ventana de delante de su pequeña casa. Abre la puerta y vemos a Alex, que está peleándose con una bicicleta naranja fluorescente en el porche delantero, claramente frustrada. Antes de que me dé tiempo a decir nada, Noah baja los escalones para ayudarla.

—Gracias —dice ella levantando la vista hacia él—.

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